17/12/10

Faceblog


Año tras año, los latidos de mi blog se aletargan entre los meses de junio y septiembre (éste año octubre, noviembre, diciembre...). El trabajo se lleva el tiempo, el cansancio, las fuerzas, la dinámica enloquecida parte del ingenio. Ya me lo dicen mis amigos, te vuelves monotemático, y yo les digo: si, ¿y qué?.

Esta exposición, de hechos, es más para disculparme que para excusarme. Y os digo porque: si bien echo de menos escribir, aún echo más leeros, seguiros, saber de vosotros.

Sumado a todo esto ha aparecido un nuevo actor en mi escenario personal, muchos de vosotros lo conocéis, se llama: facebook. Sólo faltaba este... Es como otro hijo al que hay que dedicarle tiempo, darle calor, alimentarlo. Y sin querer me encuentro inmerso en una guerra de envidias entre mis “hijos”. Unos y otros se miran celosos pendientes del tiempo que dedico a cada uno. Estoy cómo en una partida de ajedrez, pulsando el reloj que contabiliza horas, minutos y segundos... a ver, a ver, a ver... pero... “jaque mate” en la mayoría de los casos...

Bien, después de esta declaración de principios os propongo hablar de: faceboock. No, no os asustéis, de la seguridad en esta o cualquier otra red social, haciendo un paralelismo de lo que sucede en el otro lado de la ventana, es decir, en vuestra propia casa.

Para empezar, debemos tener claro que la seguridad es un bien muy preciado. Debemos creerlo e interiorizarlo porque sólo así, valoraremos/veremos los riesgos y, tomaremos las medidas necesarias que nos evitarán, en el mejor de los casos, un susto.

Llegados a este punto, ¿cuántos de vosotros dudáis sobre lo que os estoy contando? ¿Pensáis que no es cierto, que exagero?.

¿Os parece que dé un vistazo a vuestra basura, creéis que puedo encontrar dentro. Nada, nada , seguro...?

De entrada observo vuestro poder adquisitivo, convendréis conmigo que no es el mismo comprar en Caprabo, Mercadona, LIDL, Día o en el Corte Inglès, por poner un ejemplo...

Una vez allí, veamos ¿qué exquisiteces adquiríis?: yogures, cremas, vinos, cavas, pescado, carne... eh.. todo de lo bueno...

¡Eh! Aquí hay un extracto del banco, ¡estás bien de dinero ¿eh? pero, ostras, no está muy bien de salud, mira la caja de este medicamento... Uff...

Y así un montón de cosas que nos delatan hasta un punto inimaginable, si no tomamos las medidas de seguridad adecuadas. Y tomemos en cuenta que todavía no hemos salido de casa.

Ahora incluso para viajar ya tenemos internet, y con él la posibilidad de buscar y conocer gente de todas partes con las redes sociales: face, twit, etc.. Gente de todos colores y condiciones, buena y mala...

No podemos ,quedarnos pasamados ante esto no tenemos porque correr riesgos innecesarios, ni poner a nadie de nuestro entorno, conocido o desconocido. Nunca se sabe quién hay al otro lado de la ventana.

Dicho esto, empieza a estar más claro que nada de fotografías comprometidas, de números de teléfono particulares, de agendas que comprometen a nuestros amigos. De comentarios cómo: que bien, marchamos quince días de vacaciones... Ya sólo te queda decir: y dejamos la llave bajo la alfombra.

Y sobre todo, vigilad vuestros hijos, lo que tu que tú no haces lo pueden hacer ellos. La clave de todo esto, como os decía al comienzo se interiorizarlo, hablarlo y sobre todo, creerlo.A partir de aquí, es cosa vuestra.

¡Suerte!