Desde hace unos días la prensa sensacionalista, ésta denominada amarilla, no hace otro cosa que nutrirse del dolor de una familia que ha pasado por la desaparición de su hija, la noticia de su asesinato y ahora, el proceso de búsqueda de su cuerpo en el río Guadalquivir. Tarde tras tarde, algunas cadenas de televisión no hacen otra cosa que especular “sin ton ni son”, porque lo único que pretenden es rellenar tiempo en su parrilla y ganar audiencia, alimentando la morbosidad de muchos que los siguen.
Está claro que este caso tiene los días contados (como lo tienen todos), la encuentren o no. En el momento que deje de ser noticia, o que ellos decidan que deja de ser noticia, pondrán la vista sobre otra víctima de la información, y como si no hubiera pasado nada pasarán página.
¿Lo dudáis? Para aquellos que habéis respondido que si, os pregunto a vosotros y a la prensa:
Continúan desaparecidos los menores Yeremy Vargas y Amy Fitzpatrick. ¿Dónde está la prensa? , ¿donde el seguimiento?, ¿dónde la preocupación pública?, ¿donde el dolor de las familias?, ¿dónde las concentraciones y las pancartas?...
Pero eso no es todo. Hace unos días podíamos ver la muerte en directo de una persona que se trasladó a Suiza para que le practicaran la eutanasia. Tengo claro que todo el proceso se tiene que grabar, porque así lo dice la Ley de aquel país pero me pregunto, ¿hacía falta mostrar los últimos latidos de su corazón?. ¿No hablamos de la dignidad de la muerte?, ¿Es más digna cuando le emitimos agónica por televisión?...
Y hoy, una noticia que se ha podido ver en todo tipo de prensa me impactaba: Jade Goody, una británica de 27 años que se hizo popular en el reality show Big Brother por haber tenido relaciones sexuales ante la cámara y por haber insultado a una concursante india, ha vendido por un millón de libras esterlinas (1,2 millones de euros), la exclusiva de su boda y de sus últimos y agónicos días de vida, tras serle diagnosticado un cáncer terminal que acabará en breve con su vida.
Aquí os dejo un par de preguntas de entre las muchas que me hago en este mismo instante:
¿Qué mensaje pretendemos dar a nuestros hijos y a la sociedad con todo esto? (violencia, deshumanización...?) (desde luego solo tenemos que dar un vistazo a los resultados, fracaso absoluto).
Realmente, por dinero, ¿se vale todo? ...tengo más pero, lo que no tengo son respuestas.