Al llegar a este punto, tenía preparada una larga exposición en relación a la movilidad sostenible y sobre todo, a la accesibilidad que nos brinda Renfe y Adif. Una y otra juntas o una y otra por separado, que más da...
A ver si soy capaz de sintetizar lo que uno siente cuando le toman el pelo, cuando le hacen subir y bajar andenes a oscuras o, cuando le hacen andar por las vías a las seis de la mañana. Todo esto sin llegar al Paseo de Gracia, todo eso, sin salir de Blanes.
Por aquello de la movilidad sostenible, decides ir al aeropuerto en tren. Por aquello de la movilidad insostenible debes ir con tu coche a la estación porque a aquella hora, no hay bus que te lleve...
Una vez allí te preguntas ¿por dónde llegará?, ¿será el tren que hay estacionado en esta vía o vendrá por ésta otra que está vacia?.
Que va, ninguna de las dos opciones lógicas. El tren con dirección Barcelona – Sants se encuentra estacionado detrás este doble convoy que mal veis a la imagen, ni lo vemos...
Nos dirigimos hacia la cabeza del doble convoy estacionado, hay que atravesarlo para llegar al otro. Saltamos el medio metro que separa el andén de la vía, y una vez allí empezamos a andar por ésta a oscuras como si huyéramos de alguien...
Y ahora, ¿veis allá al fondo las luces de otro tren?, pues ahí es dónde tenemos que llegar. Todos aquellos que hemos tenido la buena idea de ir en tren, de creer en la movilidad sostenible, en la accesibilidad y porque no decirlo, de creer en la dignidad de las personas, hemos tenido que hacer todo éste peregrinaje para llegar al tren que nos ha de llevar a trabajar, al hospital, al aeropuerto o allá dónde nos lleve el azar.
Mientras hacía estas fotografías, un señor que iba a mi lado decía: Qué bien, al fin una foto denuncia, ya era hora que alguien dijera algo. No nos tienen la más mínima consideración...
Hay historias que son para no dormir otras que, te hacen perder el sueño.