El rayo

Hace un par de meses, podíamos leer en la prensa española como un rayo había herido de gravedad a una mujer de 22 años mientras paseaba por la playa. Desgraciadamente esta mujer moría días más tarde, a causa de las heridas producidas por la descarga eléctrica sobre su cuerpo.

¿Qué es un rayo?

Podemos definirlo como una descarga de electricidad estática acumulada en una nube sobre la tierra. Se produce de forma violenta liberando luz y energía eléctrica. Esta carga se va acumulando a través de la continúa fricción de los cristales de hielo que en él se encuentran. Llegado a este punto, cuando una nube se encuentra cargada de electricidad estática tiende a descargarse allá dónde puede. ¿Recordáis el que pasa con la electricidad estática en un día seco? Al acercarnos a un objeto metálico salta un chispazo emitiendo un ruido e incluso provocándonos algo de dolor.

Pues, lo mismo hace una nube cuando se encuentra cargada de electricidad estática, tiene la necesidad de descargarse. Habitualmente lo hace a través de un relámpago, de forma violenta.

El peligro de los rayos

Cada año mueren o son heridas por culpa de los rayos unas 2000 personas. El rayo nos puede hacer daño a través de cuatro procesos básicos:

Descarga directa

Quemaduras

Onda de choque

Descarga eléctrica indirecta

Habitualmente caen y suelen ser mortales en alta montaña, sobre todo en verano. No es tanta corriente en la playa y en la ciudad, las antenas, pararrayos y edificios los disipan sin demasiadas consecuencias.

¿Como nos protegemos?

En primer lugar, no hemos de utilizar aparatos eléctricos y o/electrónicos: teléfono móvil, GPS, emisoras, etc.

Nos alejaremos de elementos metálicos, si los llevamos encima debemos dejarlos.

Bajaremos de la montaña e intentaremos ponernos en lugares cerrados. El coche puede servir, aun cuando no debemos tocar ningún elemento metálico conductor.

Recordad: Generalmente el peligro empieza cuando cae el primer trueno y dura hasta una hora después de haber caído el último rayo o trueno.