Hay una práctica muy habitual, a la vez que arriesgada, de poner en el llavero de casa y del coche nuestro nombre, dirección y datos fundamentales que en caso de pérdida llevarán a los amantes de lo ajeno directamente al regalo, porque no podemos negar que es un regalo que les hacemos.
Es muy fácil perder el llavero o dejárnoslo en cualquier lugar, por eso, lo mejor es llevar datos que sólo nosotros reconozcamos: un número, un nombre, un dibujo, pero nunca nada que pueda llevar a nadie hasta nosotros.
¿Sencillo no?
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